Llega ese momento del año en que nuestros equipos en Chile se preparan para el aguinaldo de Fiestas Patrias. Y con él, la clásica pregunta como organizaciones: ¿Qué deberíamos entregar este año?
La respuesta casi nunca es fácil, especialmente cuando no existe una obligación legal de hacerlo. Muchas empresas deciden no entregarlo. Pero desde mi experiencia, en ese acto de “ahorro” también perdemos una oportunidad poderosa de generar vínculo, cultura y motivación.
Hoy, más que en cualquier otra época, los colaboradores encuentran una diferencia importante en las organizaciones que integran el reconocimiento en sus momentos clave. Las empresas que entregan un aguinaldo de manera significativa fortalecen su imagen interna, aumentan el compromiso y se diferencian positivamente.
Un aguinaldo bien pensado no es solo un beneficio estacional. Es una herramienta estratégica de reconocimiento. Es una forma de decir: "Te veo, te valoro y quiero que celebres como mereces."
Según Incentive Research Foundation (IRF), las empresas con buenos niveles de reconocimiento y compromiso logran hasta un 50 % más de productividad, tienen 44 % más de rentabilidad y 13 % menos rotación en comparación con quienes están en el cuartil inferior de compromiso.
Aunque puede parecer práctico, entregar dinero pierde impacto por varias razones:
El dinero es transaccional. El reconocimiento es transformador.
En Apprecio creemos que el mejor aguinaldo es el que se transforma en experiencia. Por eso diseñamos una forma distinta de celebrarlo:
Cada colaborador recibe puntos Apprecio y los canjea por lo que realmente quiere, sin listas ni despachos.
No entregar un aguinaldo no significa ausencia de impacto. Puede traducirse en desmotivación, inequidad o comparación con otras empresas que sí reconocen a sus equipos.
Las organizaciones que aprovechan estos momentos para reconocer y conectar suelen ver mejores niveles de satisfacción, compromiso y sentido de pertenencia.
Este 18, regala algo que no se olvide. Más allá del monto, tu equipo recordará cómo los hiciste sentir. Sorpréndelos con una experiencia que conecte, emocione e inspire, porque el dinero pasa, pero la experiencia deja huellas.