Hace ya varios años, escuchaba en los pasillos de una antigua oficina en Providencia (mi primer trabajo) que había que ser y parecer. No sirve de nada ser bueno si no logramos demostrar de manera empírica que lo somos; al mismo tiempo, de nada sirve hablar más de la cuenta cuando lo que sustenta nuestras palabras se derrumba con la evidencia de nuestro trabajo.
Escuché esto una y otra vez en momentos de exigencia y validación.
Ahora, deseo compartir mi visión sobre cómo esto ha influido en mí y, en definitiva, cómo busco aplicar esto a mi forma de 'ser' y 'pareser'. Asimismo, quiero abrir el debate a todos aquellos que, desde otras realidades, me acompañan en el camino profesional comercial.
Les propongo, además, que abordemos esto por partes. En primer lugar, agreguemos un adjetivo calificativo a 'ser'. Sumemos, por ejemplo, la palabra 'eficiente' o 'exitoso'. En ese momento, debes buscar ese calificativo que te mueve en tu faceta profesional. Creo que es importante, en cualquier ámbito, decretar; no debemos dejar ambigüedad en la acción, sino que además debemos añadir un adjetivo que la califique y defina. En este sentido, en mi ejercicio, algo que me motiva es la relevancia. Quiero 'ser' relevante.
Después, tengo que asumir que solo puedo ser relevante si tengo un ecosistema que me desafíe, me rete y al mismo tiempo me contenga. Por eso, para poder "ser relevante", debo estar en un espacio laboral que brinde ciertas garantías, porque por mucho que remes, sin agua, no podrás avanzar. Trabajar en una organización que nos inspire y nos haga vibrar con la forma en que sentimos que podemos contribuir desde nuestro rol es tan importante como el deseo de ser exitosos. Esto se debe a que si hay conexión con el por qué hacemos lo que hacemos, nuestro 'ser' se enriquece y cobra sentido.
En tercer lugar, agreguemos a esta fórmula el concepto de "meta" o "final", en este momento tenemos que incorporar la variable tiempo. Un objetivo solo será un objetivo si en esa ecuación le asignamos un plazo para que se pueda cumplir.
Por último, antes de concluir esta definición de 'ser', tendré que transmitir de manera absoluta a ese desafío una motivación interna, algo profundo que me impulse a lograr y conseguir eso. Por ejemplo, espero que esa relevancia contribuya a una realización que puede ser económica, a la estabilidad familiar, a movilizar masas, a ser un referente social, o a viajar por el mundo hablando de lo que me apasiona. En definitiva, debemos buscar en lo más profundo lo que nos impulsa. 'Ser' se conecta también con la capacidad que tenemos de poder liderar, influir y generar sinergias que nos permitan hacer equipo. Solo el ser nos permite ser un movilizador, poder generar entre todos ecosistemas conjuntos que nos impulsen a cumplir un objetivo. El ser nos permitirá traspasar ese conocimiento y lograr que otras personas cumplan sus expectativas y/o objetivos.
Ahora, si resumimos este ejercicio, el resultado es el siguiente: quiero ser relevante en la industria de las startups en un plazo no mayor a tres años.
Luego de esto, el trabajo consiste en hacer que este proceso sea visible. Por lo general, esto ocurre de manera orgánica, pero nunca está de más dedicar un poco de esfuerzo. Es importante ser estratégico, estar en el lugar adecuado y rodearte de personas que contribuyan a tu objetivo.
Para cerrar, en estos tiempos de locura, nunca está de más detenerse y reflexionar sobre por qué hacemos lo que hacemos y adónde queremos que eso nos lleve.