En estos tiempos, donde parece que cada aspecto de nuestras vidas está dictado por lo digital, desde cómo compramos hasta cómo nos conectamos, hay un elemento del mundo de los negocios que está pidiendo a gritos un retorno a sus raíces: la relación con nuestros clientes.
Soy un comercial desde siempre, he estudiado muchas técnicas de venta y maneras de gestionar el viaje del cliente y pese a mi bagaje, no dejo de asombrarme de los cambios que he visto durante más de dos décadas, de cómo la era digital ha ido transformando el arte de vender. ¿Saben de qué me di cuenta?: a medida que más y más empresas inundan los canales digitales intentando captar la atención del cliente, más nos alejamos de lo que realmente hace la diferencia: el contacto humano. "La gente hace negocios con quienes conocen, les gustan y confían." Bob Burg.
La saturación digital: un llamado al cambio
No me malinterpreten, lo digital es poderosísimo, pero con tantos intentando jugar el mismo juego, ¿cómo destacamos? Los datos no mienten, estamos en un punto de saturación donde las estrategias de "hunting" digital simplemente ya no son suficientes.
Segmentar para conectar
Aquí es donde entra la segmentación de nuestra cartera de clientes. No todos los clientes son iguales, y tratarlos como si lo fueran es un desperdicio de recursos y oportunidades. Al enfocarnos en aquellos que realmente valoran y necesitan lo que ofrecemos, podemos personalizar nuestras estrategias para resonar de verdad.
La magia del relacionamiento personal
Y cuando digo personal, no me refiero a un "Estimado [nombre]" al inicio de un email. Hablo de conocer a nuestros clientes, entender sus desafíos y celebrar sus éxitos como si fueran nuestros. Conocer es apreciar, esto no es sólo bueno para el negocio; es increíblemente gratificante a nivel personal y a lo largo de mi carrera me ha hecho ganar, accidentalmente, grandes amigos.
Estrategias para un mundo cambiante
Entonces, ¿cómo hacemos esto? Primero, escuchando más de lo que hablamos. Segundo, utilizando la tecnología no para automatizar la experiencia del cliente, sino para enriquecerla, existe tecnología de sobra para demostrar aprecio (nosotros vivimos de eso, y nos va muy bien). Y tercero, recordando que al final del día, las relaciones sólidas son el corazón de cualquier negocio exitoso.
Para concluir, me gustaría invitarlos a recordar que al final del día, pese a que navegamos por esta era digital, las personas valoran sentirse entendidas y apreciadas.
"La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir." Maya Angelou
No hay algoritmo que supere el poder de una verdadera conexión humana. Así que, mientras planificamos nuestras estrategias de negocio, hagamos del relacionamiento cliente nuestra piedra angular.
Después de todo, en un mundo que avanza rápidamente hacia lo impersonal, ser aquellos que recuerdan la importancia de lo personal podría ser justamente lo que nos diferencia.
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Comercial20/mar/2024